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Discusión Completa (transcripción literal)

TEMA DE DISCUSIÓN: Incidencia del Fenómeno del El Niño en los Andes

Opiniones y otros

 

Colombia

 

1)

Región Bogotá-Cundinamarca

 

"En la región Bogotá-Cundinamarca, los procesos históricos de ocupación del territorio, especialmente la concentración de la población urbana en la ciudad de Bogotá y la dispersión de la población rural en las laderas y mesetas de esa cordillera agregan vulnerabilidades específicas a la población y a la infraestructura.

 

En el contexto regional considero que sobre el papel reposan diversas propuestas de adaptación a fenómenos climáticos como El Niño, pero que por la politización de los actores públicos y privados no ha sido posible la articulación y ejecución de estas políticas. En ese sentido, el sector agrícola no tiene muchas opciones de disminuir su vulnerabilidad frente a este escenario de riesgo.

 

Otro es el caso del sector cafetero, que está cobrando fuerza en el Departamento de Cundinamarca gracias a la gestión y extensión de la Federación Nacional de Cafeteros a través del comité Departamental. Luego de analizar los eventos de El Niño y La Niña desde 1900, se encontraron patrones de ocurrencia que permitieron la formulación del Plan de Renovación de Plantaciones con Variedades Resistentes a roya y otras enfermedades de importancia económica en las épocas de los fenómenos mencionados, desarrolladas por Cenicafé. Se sabía que eso comprometería por un periodo la producción pero en este año que Centroamérica, Perú y Bolivia están en crisis por una altísima incidencia de roya atribuida al cambio climático, se ven los frutos de este esfuerzo conjunto de científicos y gestores que lograron salvaguardar la caficultura colombiana con muchos años de previsión.

 

En el largo plazo con miras a robustecer la resiliencia en todos los subsectores agrícolas, se requiere primero que todo un cambio institucional general (fortalecimiento de corporaciones autónomas regionales CAR´s, las alcaldías, y los Concejos Municipales). En los procesos municipales debe valorarse el conocimiento local, en la percepción e información sobre riesgos, el inventario de eventos y la identificación de eventos atípicos."

 

 

Ecuador

 

1)

“Los eventos climáticos en el Ecuador, se ha identificado a los sectores agropecuario, energético, forestal, de recursos hídricos y recursos marino costero como especialmente vulnerables. El sector de los recursos hídricos es particularmente sensible. En un análisis efectuado para la Primera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático2, se concluyó que las cuencas de los Ríos Esmeraldas, Portoviejo, Chone, Jama, Briceño, Pastaza, Paute, Mira, Carchi y Napo ya mostraban (en el año 2000) un déficit para cubrir la demanda de agua en las épocas secas. Además de ello, sequías, inundaciones y deslizamientos asociados con la variabilidad climática afectan extensas regiones del país.

 

La variabilidad climática también ha ocasionado severos impactos en el Ecuador. El fenómeno de El Niño 1982-1983 provocó una caída del 2.8% en el PIB; las pérdidas en El Niño 1997-1998 representaron un 15% del PIB. Durante la fuerte temporada invernal de 2008, 13 de 24 provincias sufrieron impactos. Debieron instalarse 331 albergues y 14,222 personas tuvieron que abandonar sus viviendas. 37 personas murieron y 137,000 hectáreas de cultivos fueron afectadas.

 

Los impactos del cambio y la variabilidad climática no son iguales en todos los lugares; los países en peores condiciones económicas tienen poblaciones, infraestructuras y economías más vulnerables, así como menor capacidad de recuperación. La capacidad adaptativa está íntimamente ligada con el desarrollo social y económico. En el caso del agua, la mayor variabilidad climática observada en los últimos años y el cambio climático se suman a las dificultades en la gobernabilidad del recurso, su uso no adecuado y desperdicio, la contaminación y el deterioro de los ecosistemas para producir importantes impactos en su disponibilidad y desastres como inundaciones, deslizamientos y sequías.”

 

 

General

 

1)

“Antes de compartir nuestra visión sobre la vulnerabilidad de recursos hídricos, quisiera comentar de mi sorpresa por encontrar este espacio valioso lleno de lamentos; de lo que no harán los gobiernos sobre los impactos de El Niño. No tiene para qué perder tiempo en eso: los políticos no gastarán ni un centavo hasta que llegue el diluvio a su puerta, cuando puedan declarar una emergencia y gastar el dinero a su gusto. Propongo que hablemos de lo que podamos hacer cada uno de nosotros para reducir los impactos, pensando en nuestra familia, nuestro terreno. Viendo los resultados, los vecinos nos han de copiar y así hemos de crear una bola de nieve que crecerá.  También propongo que preparémonos para toda la gama de cambios climáticos que nos están azotando actualmente: calentamiento global, sequías largas, lluvias muy intensas y muy localizadas, fuertes heladas, huracanes, etc. (porque El Niño es solamente un evento cíclico). (…)”

 

2)

"El trabajo de la bióloga Luz Adriana Acosta Cardona concluye que los cambios en la temperatura y la humedad por el fenómeno de ‘El Niño’, favorecen el desarrollo de los insectos y con eso, el número de casos de dengue.

 

Esa fue la principal conclusión de la investigación realizada por esta estudiante de la Maestría en Medio Ambiente y Desarrollo de la Facultad de Minas.

 

La investigadora explicó que su análisis hace parte de un trabajo del curso de la maestría denominado Hidrometeorología, pero que los resultados finales van a ser muy similares al cumplimiento de uno de los objetivos de su tesis, que no es con dengue sino con leishmaniasis.

 

Con la investigación, que tuvo la tutoría del profesor Germán Poveda, se pretendía “analizar cuál es la relación entre este fenómeno y los casos de dengue en tres escalas espaciales: en Colombia, en los principales departamentos del país y en todos los municipios del Valle de Aburrá.

 

En cuanto a la metodología usada, los datos de los reportes de dengue se obtuvieron del Ministerio de Salud a través de la página del Instituto Nacional de Salud, de donde se descargó la información semanal y se llevó a nivel mensual.

 

De igual forma se usaron los índices ONI (Índice Oceánico de El Niño) y MEI (Índice Multivariado del ENSO) que dan cuenta de la variación de la temperatura superficial del mar y que fueron obtenidos del sitio web de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (Noaa, por sus siglas en inglés).

 

A partir de esa información se realizaron análisis de correlación rezagados entre ambos valores y se obtuvo la escala de fluctuación para darle un valor estadístico. Todos estos cálculos se realizaron en Excel, precisa la investigadora.

 

El resultado en las tres escalas espaciales fue una correlación del 0.8, que nunca antes se había encontrado con enfermedades tropicales. Además se identifica una onda que va desde el suroeste del país al noreste, relacionada con el fenómeno físico de 'El Niño'. Es decir, los departamentos más cercanos a la costa del Pacífico presentan mayor presencia de casos de dengue, que los que están más alejados de esta.

 

La bióloga asegura que esta enfermedad en particular tiene la característica de que los insectos que la trasmiten dependen en alta medida de condiciones ambientales como temperatura y disponibilidad de agua, efectos en los que precisamente incide 'El Niño' en el territorio nacional.

 

Cuando hay un evento de esta naturaleza, es decir, la fase cálida, es cuando por ejemplo hay menos lluvia y más sequía en ciertas zonas, mientras que durante 'La Niña' ocurre lo contrario, hay más humedad”, dice la experta.

 

Por eso, la temperatura favorece el desarrollo de los huevos, su eclosión más rápida y un desarrollo larval más acelerado.

 

La investigación se realizó con datos recopilados entre el año 2005 y el 2013 e “históricamente se referencia el año 2010 como uno de los períodos donde más proliferó la enfermedad”, lo que coincidió con que previo a ese brote, hubo una alta incidencia del fenómeno de 'El Niño'.

 

De esta forma, según Acosta, estas conclusiones pueden servir para que las autoridades articulen sus campañas de prevención y control, así como sistemas de alerta temprana de esta enfermedad que se presenta en dos tipos: clásico y hemorrágico, ambos tenidos en cuenta en el estudio.

 

Durante la Conferencia para América Latina y el Caribe del Programa Mundial para la Investigación sobre el Clima (WCRP-LAC), que se realizó entre el pasado 17 y 21 de marzo en Montevideo (Uruguay), esta investigación fue premiada como el mejor póster."

 

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