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Evaluación de Sequías Metereologicas y Procesos de Adaptación de las Comunidades Agrícolas de la Cuenca del Rio D'Agua - Valle del Cauca

Por Yesid Carvajal y Wilmar Loaiza Cerón, Universidad del Valle (Cali, Colombia) - Escuela de Ingenieria de los Recursos Naturales y del Ambiente (EIDENARen el Webinar de lanzamiento del Sexto Foro Virtual de la CoP Andes.

Respuestas a Preguntas y Comentarios

 

1. En Perú también es débil la coordinación entre las instituciones responsables del recurso hídrico, unas evalúan calidad otra cantidad, otras regulan otras dan los permisos... etc. y no hay coordinación ni comunicación entre ellas...

Es correcto, para una adecuada gestión del recurso hídrico, el arreglo institucional es  un aspecto fundamental, y la debilidad  en la coordinación institucional es un aspecto importante a considerar en la gestión; por eso en los últimos años se viene promoviendo el enfoque de Gestión integrada del recurso hídrico. El agua es un factor determinante en el desarrollo económico y social y, al mismo tiempo, cumple la función básica de mantener la integridad del entorno natural. A pesar de ello, el agua es solo uno de los recursos naturales vitales y resulta por ello imperativo que los temas hídricos no sean tratados de forma aislada. El enfoque tradicional fragmentado ya no resulta válido y se hace esencial un enfoque holístico para la gestión del agua. Éste es el fundamento del enfoque para la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH), aceptado internacionalmente en los últimos años, como el camino hacia un desarrollo y gestión eficientes, equitativos y sostenibles de unos recursos hídricos cada vez más limitados y para abordar unas demandas en competición.

 

2. Las inundaciones y la sequías son asociados al cambio climático

En parte sí;  recientemente, es normal atribuir  estas amenazas a la  Variabilidad Climática (VC) y el Cambio Climático (CC); y aunque La variabilidad climática (VC) y el cambio climático (CC) están generando frecuentes anomalías de precipitación, que impactan ecosistemas y sectores socioeconómicos del país, con pérdidas de vidas humanas,  de bienes, migraciones masivas,  degradación ambiental, escasez de alimentos, energía, agua y otras necesidades básicas, es cierto que la fluctuación natural  y/o antrópica del clima, no es su única causa cuando se manifiestan como desastre;  y se requieren explicaciones adicionales. Una reflexión sobre otros factores adicionales que contribuyen a las inundaciones y sequias; son las condiciones de la población expuesta, la construcción social del riesgo, la deforestación, deterioro de la regulación hídrica en las cuencas, etc.  El desarrollo de sociedades que no aseguran la preservación ambiental y la equidad social, potencian no solo la ocurrencia de desastres, sino que deja amplios sectores con baja capacidad de respuesta ante un evento catastrófico ya sea de inundación o sequía, situación que es aún más dramática en un países en desarrollo que tienen altos índices de pobreza. Las inundaciones y sequías indican la necesidad de mejorar mecanismos de respuesta y disponer de una mejor Gestión integral del riesgo. En cualquier sociedad es mejor prevenir que curar; y el supuesto para integrar el riesgo en el desarrollo, es que ignorarlo cuesta más que prevenirlo; situación que aumenta cuando las pérdidas en sociedades en desarrollo como la nuestra, son mayores, comparadas con el total de riqueza que producimos. Aunque el aspecto climático es muy importante, no es el único a considerar, porque factores como la imprevisión, falta de capacidad de respuesta, la corrupción en algunas instituciones; el inadecuado ordenamiento territorial, la visión cortoplacista, diseños inadecuados (y en algunos casos, sin atender las restricciones que impone el territorio), entre otros, hacen más críticos sus efectos. Si bien, las inundaciones no se pueden evitar, sí se pueden tomar acciones precautorias para reducir su daño, invirtiendo en prevención, y elaborando políticas públicas para reducir riesgos, entre otros. Caso similar ocurre para las sequías.

 

3. Definitivamente la variabilidad es afectada por la zona ecuatorial, la ZACS...  

Es correcto, el centro de la tierra es una zona de distribución de calor. El ciclo hidrológico es más dinámico en el trópico, porque hay Mayor radiación solar  y los Andes se dividen en tres al ingresar al país (caso colombiano).  La radiación solar y la fuerza de gravedad, son las dos principales fuerzas que dinamizan el ciclo hidrológico. Cuando ocurre el fenómeno cálido El Niño, la zona de convergencia intertropical se desplaza hacia el ecuador produciendo lluvias intensas en Ecuador y Perú, sequía en Colombia. En el ecuador, durante la ocurrencia de las fases extremas del ENSO, condiciones de sequía favorecen condiciones de sequía y condiciones lluviosas favorecen condiciones lluviosas, por efecto de la alta radiación solar, las condiciones de humedad del suelo, que favorecen o reducen la lluvia reciclada.

 

4.  Â¿La amenaza + Vulnerabilidad es el Riesgo?

Es correcto, se explica en una de las diapositivas. Dado el aumento en la frecuencia de eventos hidrometeorológicos extremos, asociados a la variabilidad climática y/o cambio climático, y la mayor vulnerabilidad de las sociedades humanas frente a estas amenazas, se presenta un mayor interés en la reducción de gases de efecto invernadero por parte de la comunidad científica, pero se debe resaltar la importancia de la adaptación para la reducción del riesgo de desastre asociado al tiempo, el clima y sus intersecciones con la gestión del riesgo. La adaptación y la gestión del riesgo, deben integrase con una visión holística para reducir la vulnerabilidad de la sociedad, además de articularse con iniciativas de mitigación para reducir las causas que generan el cambio climático, reduciendo el riesgo existente y evitando la construcción social de nuevos factores de riesgo. 

 

Paralelo al incremento de las amenazas climáticas, se evidencia un incremento de los daños y costos socioeconómicos asociados, debido a que más personas están viviendo en condiciones vulnerables frente a éstas. Al estar en función de la amenaza y la vulnerabilidad, el riesgo puede reducirse, aumentarse o materializarse en una emergencia o desastre, con sus consecuencias en y para la sociedad; lo que implica que el riesgo responde no solo a dinámicas naturales, sino también, a dinámicas sociales que lo configuran y transforman continuamente.

 

5. ¿Los países de Latinoamérica son más vulnerables al cambio climático?

Si bien, la región tiene poca participación en la emisión de Gases efecto invernadero en el mundo, presenta grandes impactos, que contribuyen al aumento de la vulnerabilidad de la sociedad y al riesgo de desastres en sectores estratégicos como son: los recursos hídricos, la agricultura, la salud y otros ecosistemas vitales; por lo que existe una necesidad urgente de abordar la adaptación, articular esfuerzos políticos, la capacidad institucional y el desarrollo de conocimiento en este campo. En este contexto de mayor riesgo, la investigación en torno al cambio global se ha centrado en: i) predecir la tasa, forma y extensión del cambio global, lo que se considera una tarea científica tradicional, ii) proporcionar ayuda para la toma de decisiones para la mitigación, lo que ha estado vinculado a las actividades de modelación y a procesos de decisión, y iii) proporcionar orientaciones para la adaptación, una tarea asumida por solo unas pocas instituciones académicas. No obstante, se reconoce que la mitigación sola es insuficiente para abordar los impactos del CC, y que la adaptación es imprescindible para proteger a las sociedades frente al mismo. A lo largo de la historia, los seres humanos se han adaptado al clima de los lugares donde viven;  la gestión del riesgo y la adaptación al medio ambiente, han sido en muchos casos la base de la evolución de la sociedad. Sin embargo, se requiere que diferentes comunidades políticas y científicas aborden conjuntamente el desafío sin precedentes de responder a un cambio acelerado del clima y otros desafíos mundiales, como la gestión integrada del agua, la seguridad alimentaria, el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y el manejo sostenible de los recursos naturales, ante los acelerados procesos de la globalización, el desarrollo económico, crecimiento poblacional y urbanización, entre otros.  Adicionalmente, en nuestros países andinos  las condiciones topográficas, de clima e hidrología los hacen propensos al impacto de fenómenos de erosión, deslizamientos, avalanchas y amenazas hidrometeorológicas, tales como: crecientes torrenciales, desbordamientos, etc., inundaciones, huracanes y tormentas. El fenómeno ENOS, causa alteraciones climáticas sobre todo en Latinoamérica que afecta a todo el medio natural y el ciclo hidrológico; este fenómeno causa situaciones extremas principalmente, en la distribución de la temperatura del aire y de la precipitación. En Colombia, durante El Niño (fase cálida), se presenta una disminución en la precipitación y un incremento en la temperatura media del aire; se considera que sus efectos son más fuertes sobre el occidente del país. Durante La Niña (fase fría), ocurren anomalías contrarias, con eventos de precipitación muy intensos; estrechamente asociados al aumento de caudales. Generalmente, su impacto también se refiere a las pérdidas de vidas humanas y pérdidas económicas a causa de la destrucción de cosechas e infraestructura, y a desastres asociados a crecientes, inundaciones, avalanchas y derrumbes. Desde una escala temporal mayor, algunas evidencias muestran que Colombia también se ha visto afectada por el CC; aunque solo emita el 0,37%, de las emisiones globales de dióxido de carbono. Dado que en la zona tropical, las dos principales fuerzas que mueven el ciclo hidrológico son más dinámicas, la radiación solar y la fuerza de gravedad. (más evaporación de agua del océano y más escorrentía  por nuestras cordilleras cuando llueve).

 

6. ... sobre todo teniendo en cuenta que el Perú se ha creado el modelo de crecimiento económico basado en el extractivismo de nuestros recursos naturales.

 

El desarrollo ha sido entendido básicamente como crecimiento económico significando con ello un aumento en la cantidad de bienes y servicios que produce y consume la sociedad. A pesar del  aparente éxito de este enfoque, en términos de la dinámica económica alcanzada, buena parte de los resultados se han obtenido a costa de la destrucción parcial o total, temporal o permanente, de los ecosistemas, sin resolver además las grandes desigualdades sociales, de género, etnia y entre países. Según el Informe Mundial de Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, el 67% de los ecosistemas  está en continuo deterioro, lo cual indica que los beneficios del desarrollo, se están logrando a consta de la destrucción de los ecosistemas de apoyo vital del planeta.  Otros abordajes del desarrollo,  prefieren enfatizar la importancia de la cultura, de la participación de los ciudadanos,  hombres y mujeres, de su empoderamiento, del fortalecimiento de las organizaciones, la generación de políticas públicas incluyentes y  de la preocupación por el medioambiente en que estamos inmersos, debido a que la actual tendencia de desarrollo mundial no es sostenible. En pocas palabras, se requiere ahora, pensar y abordar el desarrollo visto en su dimensión social y ambiental de largo plazo, es decir avanzar hacia lo que se ha entendido como desarrollo humano sustentable.

 

La globalización y los cambios económicos mundiales, entre otros, han dinamizado el desarrollo de la tecnología, la información, el intercambio comercial; a lo cual se adiciona el aumento de la población y el consumismo. Como resultado, se ha incrementado la complejidad y conectividad de los problemas, en especial los ambientales, de manera que estos son menos disgregables y obliga a enfocarlos como complejos, inseparables y retroalimentados; requiriéndonos, e incluso exigiéndonos, reformas en la educación y la investigación con un enfoque interdisciplinario. La sociedad reclama una investigación orientada a la solución de problemas y aportes desde la ciencia, la tecnología y la innovación que respondan a estas  necesidades. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio se plantean combatir la pobreza, el hambre, las enfermedades, el analfabetismo, la degradación ambiental, la discriminación contra las mujeres y promover la cooperación entre las distintas agencias de desarrollo.

 

El marco anterior en el cual se inscribe la realidad de Colombia pero también de otros  países de América Latina y del mundo, cobra mayor relevancia cuando examinamos las cifras del país. El desarrollo de sociedades que no aseguren la preservación ambiental y la equidad social, potencia no solo la ocurrencia de desastres, sino que deja amplios sectores con baja capacidad de respuesta ante un evento catastrófico. Esta situación es dramática en el  país porque el  46% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza y  casi el 18% en indigencia; en el área rural,  la situación es peor, porque estas cifras se incrementan al 65% y al 32% respectivamente (DANE, 2010)9. Estamos ante una situación crítica de vulnerabilidad; lo cual implica que es necesario abordar una Gestión Integral del Riesgo (GIR), pues conforme ha sido estimado para Chile (Mauro, 2007)10 y México (PNUD, 2008) es entre 6 y 10 veces mayor  el costo económico de atender un desastre que prevenirlo; situación que se acentúa cuando las pérdidas en sociedades en desarrollo, como la nuestra, son mayores que el  total de la riqueza que producimos. 

 

Estas situaciones de vulnerabilidad se ven intensificadas por el proceso de globalización, en el cual la economía colombiana y la de muchos países de América Latina busca insertarse, a través de las estrategias de desarrollo de los últimos gobiernos basadas en la explotación de los recursos naturales. Precisamente, la integración de los mercados mundiales y el surgimiento de nuevos polos de desarrollo en China y la India generan una demanda incesante de recursos naturales para satisfacer los crecientes niveles de actividad económica y de consumo. Una de las estrategias centrales para  abastecer esta gran demanda  son los macroproyectos extractivos que incluyen la actividad minera, las explotaciones petroleras, agrícolas y forestales -incluyendo los agrocombustibles-, los proyectos pesqueros, entre otros. Estos macroproyectos extractivos requieren de grandes obras de infraestructura como carreteras, puertos, embalses, etc., no sólo para extraer los recursos sino para comercializarlos internacionalmente. Los gobiernos de los países en desarrollo ven en estos macroproyectos una oportunidad para generar crecimiento económico e insertarse en el mercado mundial, retornando a modelos de desarrollo centrados en la explotación de recursos naturales, sin considerar los impactos ambientales, sociales y culturales que se generan. 

 

Un aspecto crítico es que estos macroproyectos generalmente se desarrollan en zonas de alta riqueza  ambiental, que cuentan con una oferta amplia de servicios ecosistémicos, y donde habitan comunidades ancestrales con prácticas culturales únicas y vulnerabilidad para defender sus derechos. Asimismo, estas dinámicas económicas y los grandes proyectos de infraestructura toman a estos países -y a Colombia en particular- con un marco ambiental debilitado por las nuevas reformas institucionales y normativas que han posibilitado establecer estándares ambientales menos restrictivos y con instituciones con poca capacidad de control y gestión del territorio en su componente ambiental. Estos nuevos retos y amenazas requieren de un personal capacitado e informado sobre las implicaciones de estas dinámicas para tomar mejores decisiones en las instituciones y del desarrollo de procesos de investigación que permitan encontrar mejores alternativas a las propuestas vigentes.

 

7.  Â¿Cómo nos preparamos y cómo preparamos a la gente  para este fenómeno del niño próximo?

Los registros históricos indican que el período alrededor de marzo a junio es el más favorable para que ocurran los fenómenos de El Niño o La Niña y, por consiguiente, los especialistas, en esta época del año, celebran intensas consultas sobre la evolución probable de la situación en el Pacífico tropical. En este momento se está dando información del posible inicio de un nuevo fenómeno del Niño.

 

Las comunidades, con la colaboración de todos y todas, debemos conocer sobre el Fenómeno de El Niño - La Niña y tenemos que identificar los posibles efectos de acuerdo a nuestra ubicación geográfica, en algunos países como Ecuador y Perú, se asocia con lluvias intensas, mientras en otros como Colombia, con sequias. Entonces, debemos construir nuestro Plan de Prevención de Desastres por sectores y tomando en cuenta los efectos secundarios como deslizamientos, inundaciones, sequías, incendios forestales. Recomiendo visitar la página web del CIIFEN: http://www.ciifen.org/

 

8. Aplicarían los proyectos de LED+ y REDD+ como estrategia para combatir la deforestación

REDD + es un mecanismo innovador, con el apoyo de la comunidad científica internacional, que reconoce a las comunidades del país en desarrollo por el valor económico de sus reducciones de emisiones logradas como resultado de la disminución de la deforestación y la degradación forestal. Las organizaciones privadas pueden invertir en iniciativas de REDD+ a través de la compra de reducciones de emisiones en proyectos debidamente validados. Estas inversiones reducen las emisiones globales de CO2 y, al mismo tiempo, impulsan el desarrollo sostenible en comunidades motivadas y necesitadas. Las actividades de REDD+ fortalecen la capacidad de las partes interesadas para gestionar y conservar los territorios tradicionales, proteger la biodiversidad, mejorar los medios de vida y generar ingresos por la producción agrícola sostenible. Esto reduce la necesidad de explotar y degradar más los bosques y crea incentivos para su conservación. Los proyectos REDD+ de este modo contribuyen a la mitigación del cambio climático y a la mejora de los bosques naturales, al mismo tiempo que garantizan una mejor salud, educación y saneamiento para comunidades étnicas remotas y tradicionalmente pobres.

 

9.  Â¿Qué sistema el SPI? Se puede aplicar en regiones en el Perú?

El SPI cuantifica el déficit de precipitación para una gran variedad de escalas de tiempo, lo que lo hace apto para estudiar sequías de diferentes duraciones, de un mes (relevantes para la agricultura), a varios meses (relevantes para evaluar la disponibilidad de agua). El SPI es calculado ajustando la distribución de frecuencia de la precipitación, con una función teórica de densidad de probabilidad (Mckee et al., 1993). La función de densidad es luego transformada a una distribución normal estandarizada (con media 0 y varianza 1), siendo el SPI el resultado de esta transformación (Nuñez et al, 2005). 

 

La versatilidad temporal del índice es útil para determinar el comienzo y el fin de eventos secos, lo que ha sido difícil de reconocer por medio de otros índices; además permite el análisis de los impactos de las sequías a distintas escalas temporales (Vicente & López, 2005; Vicente et al., 2011; Vicent, 2007; Pasho et al., 2011). A nivel mundial, de acuerdo con datos del NDMC, alrededor de 70 países utilizan el SPI para monitorear y analizar las sequías (Morales, 2005). Así, el SPI representa el número de desviaciones estándar que cada dato de precipitación se desvía del promedio histórico. Mckee et al. (1995) plantearon una clasificación de la sequía de acuerdo al SPI.

 

10 . ¿Cuál es el motivo por el cual no se usó todo el porcentaje de suelos aptos para el cultivo?

En el caso colombiano, varios son los factores que limitan el desarrollo agrícola para la producción de alimentos, falta de una reforma agraria, conflicto armado,  conflictos por el uso y propiedad del suelo, desplazamiento forzado, flexibilización laboral, condiciones desfavorables de trabajo, pérdida de soberanía alimentaria, violación de derechos colectivos de pueblos indígenas y afrodescendientes, pérdida de biodiversidad y ecosistemas fundamentales de las regiones; así como la transformación cultural de las estrategias de supervivencia y convivencia de las comunidades locales.  Considerando que es un tema álgido, y podría decirse que polarizado, requiere, en el caso colombiano, abordarlo desde una perspectiva más amplia que la económica. La problemática de la tenencia de la tierra, donde se destacan grandes conflictos en el uso del suelo: de 21,5 millones de ha aptas para agricultura, solo se cultivan 4,9 millones ha (22,7%), lo cual indica que gran parte de la superficie potencialmente agrícola (9 millones de ha) se dedican equivocadamente a otros usos menos productivos, destacando que 5,8 millones de ha están dedicadas a la minería, y 40 millones de ha están dedicadas a pastos y ganadería.  De lo anterior se concluye que existe un incremento de tierras dedicadas a pastos a costa de tierras agrícolas o forestales, que ocasionan problemas de sobre y subutilización del suelo, evidenciando globalmente, un uso ineficiente del suelo; aproximadamente el 45% de los suelos del país se usan para fines diferentes de los de su vocación, lo cual genera conflictos de uso de las tierras como resultado de la discrepancia entre el uso que el hombre hace del medio natural y aquel que debería tener, de acuerdo con la oferta ambiental. Otro ejemplo que cabe destacar, es cuando las tierras son sub o sobre utilizadas;  la explotación minera o ganadería extensiva en zonas de paramo, reconocidas como productoras de agua en Colombia; o el monocultivo intensivo de caña con maquinaria pesada en suelos aluviales fértiles, en un subsuelo de reserva hídrica subterránea de importancia estratégica. Adicional a estos desequilibrios y a la búsqueda de mayores ingresos en actividades productivas, la deforestación avanza a un ritmo promedio de 238.000 ha/año, favoreciendo la erosión, que se presenta en algún grado en el 86% de la zona andina. 

 

Un aspecto nuevo y menos conocido en la geopolítica mundial, es el incremento de la compra de tierras fértiles y productivas (que incluye grandes áreas en Latinoamérica) por parte de países ricos o emergentes; aspecto importante en las relaciones internacionales en los próximos años. FAO (2011) destaca que continúa aumentando la tendencia multinacional de adquisición de tierras cultivables con buena disponibilidad de recursos hídricos en países en desarrollo, como inversión para garantizar seguridad alimentaria a largo plazo; paradójicamente, se exportan AGC desde países con altos índices de pobreza; Colombia, por la calidad de sus suelos y su riqueza hídrica es un país vulnerable a esta situación, Oxfam (2011). Existen diferentes intereses de inversionistas extranjeros de comprar grandes extensiones de tierra y títulos de explotación de recursos naturales. Es importante hacer una discusión con mirada más amplia del problema; considerando la complejidad y conectividad de los problemas, en especial los ambientales, obliga a abordarlos de manera menos disgregable como complejos, inseparables y retroalimentados; requiriéndonos, e incluso exigiéndonos, una mirada interdisciplinaria, de la complejidad del impacto. En los últimos 30 años, las políticas públicas de desarrollo rural en Colombia, se han caracterizado por ser desarticuladas, cortoplacistas, excluyentes de la participación del pequeño productor, basadas en subsidios puntuales y fragmentadas; donde se ha privilegiado el desarrollo del capital económico, sobre los cambios territoriales que están impactando negativamente la soberanía alimentaria. Esto ha favorecido la extensión de los monocultivos, la minería y las obras de infraestructura que le acompañan, la acción del narcotráfico y el conflicto armado; así como la relegación por parte del estado del sector rural y de los campesinos. Precisamente, la integración de los mercados mundiales y el surgimiento de nuevos polos de desarrollo, generan una demanda incesante de recursos naturales para satisfacer los crecientes niveles de actividad económica y de consumo. Una de las estrategias centrales para abastecer esta gran demanda son los macroproyectos extractivos que incluyen la actividad minera, las explotaciones petroleras, agrícolas y forestales (incluyendo los Agrocombustibles), entre otros. Los gobiernos de los países en desarrollo ven en estos macroproyectos una oportunidad para generar crecimiento económico e insertarse en el mercado mundial, retornando a modelos de desarrollo centrados en la explotación de recursos naturales, sin considerar los impactos ambientales, sociales y culturales que se generan tanto a nivel mundial como nacional. La alta fragilidad del sector rural, ha sido vulnerada permanentemente, por una política pública que ha limitado las posibilidades de desarrollo humano en la vida rural, y generado brechas y desequilibrios en relación con lo urbano y lo rural, y que a la vez espera la construcción de un modelo de desarrollo rural incluyente y de paz, con una visión holística que supere los conceptos meramente empresariales.

 

11. ¿Cuál es el nivel freático en Colombia?

La pregunta se asocia a la existencia de aguas subterráneas, Las aguas subterráneas forman parte del ciclo hidrológico y el conocimiento de su estado y dinámica debe ser abordado desde la comprensión de esta trama de flujos hídricos atendiendo particularidades propias de los medios naturales permeables y porosos de sedimentos y rocas donde se alojan las reservas de este patrimonio natural. Estas reservas de aguas que ocurren en el subsuelo en Colombia corresponden principalmente a ambientes sedimentarios y vulcanoclásticos que se han depositado en el tiempo geológico y que interactúan con los ciclos de vida actuales. 

 

En esta perspectiva es clara la necesidad de conservar, preservar, proteger y aprovechar de manera sostenible las aguas subterráneas integrándolas a modelos de gestión integrada del agua que propicien su conocimiento, seguimiento y manejo adecuado para beneficiar la población y los sectores económicos que depende de ella sin afectar de manera significativa la base natural que soporta los equilibrios fisicoquímicos y la continuidad de los flujos del ciclo hidrológico.

 

Recomiendo revisar el link de aguas subterráneas

https://www.siac.gov.co/contenido/contenido.aspx?catID=817&conID=1412

http://www.cortolima.gov.co/SIGAM/cartillas/Aguas%20subterraneas.pdf

 

11. ¿Hay programas de reforestación o forestación para aumentar los niveles freáticos a pesar del porcentaje de precipitación?

Las plantaciones forestales, sean protectoras, productoras-protectoras o productoras, aportan beneficios ambientales traducidos en la recuperación de los suelos degradados, la prevención de la erosión y la regulación hídrica. Además, si presentan un buen manejo pueden cumplir una función imprescindible en la conservación de los ecosistemas, en la biodiversidad asociada, y aportar beneficios sociales como la generación de nuevos empleos; contribuyendo a mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales.

 

En Colombia, el conocimiento de estadísticas oficiales sobre el establecimiento de las plantaciones forestales ha sido un tema de preocupación constante para el sector forestal, pues constituye una herramienta de planificación del sector que soporta  la toma de decisiones, en cuanto al aprovechamiento y determinación de núcleos forestales.

 

Con este propósito, el IDEAM adelantó un proceso de consulta a las entidades competentes: Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT), Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (MADR), Corporaciones Autónomas Regionales (CARS), Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) Federación Nacional de Cafeteros y empresas reforestadoras, entre otras. De este trabajo, se logró un consolidado de las estadísticas relacionadas con plantaciones forestales en Colombia para el periodo 2000 -2007, consignadas en los siguientes informes: Las estadísticas de establecimiento de las plantaciones forestales son una herramienta de planificación estratégica del sector forestal.

 

Para más detalles, Se puede consultar en: https://www.siac.gov.co/contenido/contenido.aspx?conID=1052&catID=691

 

13. Con respecto a las estrategias  para la adaptación de las sequias,  Â¿han aplicado estas estrategias para la adaptación de las poblaciones que sufren por la sequías, en que país se aplicado?,  Â¿en que época (años)?,  Â¿cómo fue el resultado? Ejemplo en el Perú del sufrimiento por sequía, Huancavelica evalúa declarar en emergencia el agro por sequía.

  • Con el apoyo de la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad del Valle, El Grupo de Investigación en Ingeniería de Recursos Hídricos y Suelos (IREHISA) de la Escuela de Recursos Naturales y del Ambiente (EIDENAR), en asocio con el Grupo de Investigaciones Entomológicas (GIE) y de Ecología de Agroecosistemas y Hábitats Naturales (GEAHNA), del Departamento de Biología,  se propusieron establecer y validar estrategias agroecológicas para la sostenibilidad y la resiliencia ante eventos de Variabilidad y Cambio Climático (VC y CC), mediante la implementación de indicadores de sostenibilidad y biodiversidad de sistemas productivos agrícolas en la cuenca alta del río Dagua; esto con el fin de ofrecer a la comunidad de la cuenca alta del río Dagua, contar con una opción productiva, ambiental, social y económicamente viables y sostenibles, acorde a sus condiciones agroclimáticas, topográficas y agroecológicas Establecimiento y capacitación en el manejo de dos parcelas agroecológicas en las veredas Puerto Cozón (Finca La Esperanza-Luis Inocencio Perdomo) y Villa Hermosa (Finca El Encanto-Harold Meza), con sistemas de riego localizado de alta frecuencia.
     

  • Establecimiento y capacitación de agricultores en el manejo de un módulo de micorrizas en la vereda Centella.
     

  • Establecimiento y capacitación de agricultores en el manejo de un módulo de lombricompost en la vereda Villa Hermosa. 
     

  • Desarrollo y puesta en marcha de la página web http://www.dagua-sustentable.com/, como estrategia para generar procesos de divulgación e integración social del conocimiento de las prácticas  de adaptación a la Variabilidad y el Cambio Climático con los agricultores y técnicos de la cuenca alta del río Dagua.
     

  • Participación del grupo en la e-Agriculture http://www.e-agriculture.org, como estrategia para la divulgación de conocimientos, en el marco de la adaptación de los sistemas productivos agrícolas a la Variabilidad y el Cambio Climático.
     

  • Dos cartillas divulgativas (75 ejemplares c/u) para agricultores y público en general, referentes a la producción, manejo y uso de Lombricompost y Micorrizas, y la Implementación de parcelas agroecológicas en la cuenca alta del río Dagua.
     

  • Evaluación de la erodabilidad de suelos de la microcuenca La Centella, Municipio de Dagua-Valle del Cauca, mediante el uso de un simulador de lluvias de boquillas pulverizadoras.
     

  • Divulgación de los resultados del proyecto en revistas indexadas por Colciencias: Revista Ingeniería y Desarrollo, Luna Azul, Cuadernos de Geografía, Gestión y Ambiente, y EIDENAR.

 

Yesid Carvajal

 

Profesor Titular de la Universidad del Valle. Ingeniero agrícola de la Universidad del Valle, M.Sc. en Suelos y Aguas de la Universidad Nacional de Colombia, M.Sc. en Hidrología Aplicada y Ph.D en Hidráulica y Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia. Desde 1997 es profesor de la Universidad del Valle;  ha sido Director de la escuela EIDENAR;  Secretario Técnico de la Estrategia Bioregión Valle del Cauca; Representante Científico por Colombia al Programa Hidrológico para el mapa de zonas áridas;  Consejero Departamental de Planeación de Ciencia y Tecnología y Coinvestigador del Interamerican Institute for Global Change Research (IAI). Actualmente es Director del Grupo de Investigación en Ingeniería de Recursos Hídricos y Suelos (IREHISA) de la Universidad del Valle; Coinvestigador del Partnership for Water Education and Research  (PoWER) del instituto Unesco IHE;  Miembro del Comité interdisciplinario de la Maestría en Desarrollo Sustentable de la Universidad del Valle y Coordinador del énfasis de Soberanía Alimentaria. Es coautor de diversos libros y artículos en revistas nacionales e internacionales de las cuáles se destacan: Natural Hazards, Advances in Geosciences, International Journal of Ecohydrology and Hydrobiology; Bulletin del Institut Français d'Études Andines, Revista Ingeniería Hidráulica en México, Dyna, Ingeniería y Desarrollo;  entre otras.

 

Contacto: yesid.carvajal@correounivalle.edu.co

Wilmar Loaiza

 

Wilmar Loaiza es Geógrafo de la Universidad del Valle y Magister (c) en Desarrollo Sustentable de la misma Universidad. Cuenta con diferentes distinciones y logros a nivel académico, otorgados por Colciencias, la Universidad del Valle (tesis laureada y meritoria) y la Asociación Colombiana de Investigadores Urbano – Rurales; En desarrollo de su ejercicio profesional ha estado vinculado a diversos Grupos de Investigación, principalmente al Grupo IREHISA de la Universidad del Valle, con experiencia en Sistemas de Información Geográfica, Desarrollo sustentable y soberanía alimentaria, Gestión Integral del Riesgo de Desastres, evaluación de Planes de Ordenamiento Territorial y análisis de Variabilidad y Cambio Climático. Actualmente coordina los proyectos de investigación del Grupo IREHISA: Evaluación de modelos hidrológicos para el planteamiento de escenarios de variabilidad y cambio climático en dos cuencas torrenciales andinas y Climate Variability and Climate Change Signal Detection to define adaptation strategies to Manage Water Resources and establish an environmental flow regime. Su tesis de maestría "Evaluación de sequías meteorológicas y procesos de adaptación de las comunidades agrícolas de la cuenca del río Dagua (Valle del Cauca - Colombia)" fue calificada como LAUREADA por el consejo de la Facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle.

 

Contacto: wiloce16@gmail.com

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