Efectos de los productos químicos agrícolas en la ruralidad de Bogotá D.C

Colombia es un país, en donde la agricultura y la ganadería son las principales actividades en su economía. Sin embargo, estas actividades agropecuarias ocasionan altos impactos ambientales negativos, cuando no se tiene un enfoque preventivo y sostenible en relación con las herramientas que exige trabajar en estas.

Bogotá, siendo la capital con más de 8.000 millones de habitantes, cuenta con localidades como Usme, donde la agricultura y ganadería son dos de las principales fuentes económicas. Resulta irónico saber que en una ciudad tan grande, aún existan falencias en asistencia técnica frente a buenas prácticas agrícolas. Por ejemplo, se puede evidenciar a los agricultores realizan fumigaciones sin ningún tipo de protección. Sumado a esto, los productos químicos usados para el manejo de plagas, hacen parte de programas posconsumo, lo que quiere decir que una vez que el producto termina su vida útil, debe ser recolectado y debidamente tratado por una empresa específica, ya que es un residuo peligroso. Pero, la realidad es otra, estos envases se encuentran almacenados por lo general al lado del cultivo o cerca de quebradas y/o ríos por varios meses, pero, ¿Esto qué ocasiona?

Estos envases pueden contar con residuos químicos altamente tóxicos no sólo para el ambiente sino para la salud de las personas que lo manipulan; originando la contaminación del aire, suelo y agua tanto superficial como subterránea. Recordando además, que la localidad de Usme se encuentra limitando con la localidad de Sumapaz, en donde está ubicado el páramo más grande del mundo, que puede verse afectado por el arrastre de partículas y cuerpos de agua.

Vereda el Destino – Usme, Bogotá.

Fuente: Autor, 2017

Los efectos que esto genera en la salud humana son principalmente respiratorios, seguido de los dérmicos, ya que las personas no usan los equipos de protección personal básicos para hacer esta actividad. Sumado a esto, en muchas ocasiones ingieren alimentos y bebidas o incluso fuman, al mismo tiempo que fumigan sus cultivos.

En este orden de ideas, se evidencia que el uso indiscriminado de plaguicidas sin un manejo preventivo y controlado, impacta significativamente una población y su entorno.

Resulta increíble pensar que estos casos se den en la capital del país, en donde debería haber un mayor rigor por parte de las autoridades encargadas del seguimiento y control.

Vereda el Destino – Usme, Bogotá.

Fuente: Autor, 2017

Sin embargo, la problemática de salud ambiental, va mucho más allá de un mal manejo de productos químicos durante su aplicación, ya que, las pocas personas que realizan el protocolo correcto de seguridad desde la compra hasta el final de la vida útil de estos productos, manifiestan que el camión recolector de estos no llega a todas las veredas de la localidad; teniendo en cuenta que el tamaño del vehículo le impide llegar a estos destinos, por lo cual, la gente prefiere hacer la quema de estos residuos peligrosos, generando componentes como Dioxinas y Furanos, que además de ser tóxicos, destruyen la capa de ozono.

Profundizando la complejidad del caso, existen reuniones por parte de la Alcaldía junto con la Unidad Local de Asistencia Técnica Agropecuaria, (ULATA) de Usme, para tratar estos temas y generar alternativas de manejo de productos agrícolas. La estrategia usada en el plan de medios, es a través de la difusión de estas reuniones por medio de los presidentes veredales y por cuñas radiales. Pero, resulta difícil de creer que veredas como Los Andes pertenecientes a la capital del país, no cuenten con ningún tipo de medio de comunicación, debido a que no hay cobertura y por otro lado la articulación de la comunidad es nula, es decir, pocos conocen quién los representa en su vereda. Por lo general, las personas que asisten a estos eventos por lo general son agricultores grandes y medianos.

Por todo lo antes expuesto, se hace necesario que las autoridades gubernamentales y comunitarias acojan el concepto de “Sostenibilidad”, que reúne aspectos ecológicos, sociales, económicos y hasta políticos, que interactúan entre sí, como un sistema en el cual, es importante identificar las entradas, procesos y salidas que lo intervienen, de tal forma que se puedan tomar decisiones que garanticen el bienestar de todas las variables que lo impactan, tanto positiva como negativamente.

Autor: Ana María Torres Medina

Grado: Máster en Gestión Ambiental (Cursando); Ingeniera Ambiental Universidad El Bosque

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